EL 19 DE AGOSTO PASARÁ EL MAYOR ASTRO QUE SE HAYA APROXIMADO A LA TIERRA. El choque de un asteroide catastrófico con nuestro planeta es muy poco probable durante el tercer milenio El próximo día 19 de agosto entre la una y las dos la de la madrugada, hora oficial de España, un asteroide de cerca de un kilómetro de diámetro pasará “rozando” nuestro planeta, sólo un poco más lejos que la Luna, a 500.000 kilómetros de distancia. Se trata del asteroide de tamaño “catastrófico” que más se habrá aproximado a la Tierra. El astro es sólo ligeramente menor que el asteroide Hermes, el cual paso en 1937, pero más lejos, a 700.000 kilómetros. Tan sólo se tiene conocimiento de ocho cuerpos rocosos de sólo decenas de metros y uno un poco mayor que se hayan acercado más a nuestro planeta. Además, es la primera vez que se hubiera podido prever el choque de un asteroide de forma fiable, a causa de que las órbitas de los anteriores astros se calcularon simultáneamente al encuentro, ya que sus pequeñas masas no habían permitido detectarlos con la suficiente antelación. El asteroide se denomina 2002 NY40 y fue descubierto el 14 de julio por el equipo Linear, de la Universidad de Lincoln, desde Nuevo Méjico, mediante la utilización de un telescopio y un soporte informático especialmente diseñado para cazar cometas y asteroides. El astro se localiza cerca de la estrella beta de Acuario. Al aproximarse de forma directa a nuestro planeta, ha permanecido casi estacionario en el mismo sector del cielo, desplazándose ligeramente hacia el norte. Por el contrario, cuando sobrepase la Tierra cruzará en pocas horas toda la bóveda celeste y podrá alcanzar la magnitud ocho, muy elevada para este tipo de astros, pudiendo ser perceptible mediante prismáticos como una estrella de muy rápido desplazamiento. El asteroide es del tipo Apolo, es decir del grupo de planetoides que cruzan la órbita de la Tierra y orbitan más lejos del Sol que nuestro planeta. Su masa es importante para este tipo de astros. De haber chocado con nuestro planeta, dada su velocidad de aproximación de 20 kilómetros por segundo, habría transformado un total de energía de 100 trillones de joules, lo que equivale a una explosión de 200.000 megatones de TNT, veinte veces más que la suma de todo el arsenal nuclear que se haya podido acumular en nuestro planeta. Se calcula que asteroides de este tamaño chocan con la Tierra a intervalos medios próximos a cien mil años, pudiendo ser la causa de las grandes glaciaciones, por la cantidad de material que se deposita en las capas altas de la atmósfera y la prolongada reducción de la radiación solar, a un nivel próximo al 50 por ciento. 2002 NY40, como 2002 NT7, que tanto revuelo ha causado por su prematura previsión de impacto en el 2019, son asteroides NEOS, o cuerpos que el azar gravitatorio orbital podría hacer chocar con la Tierra. De hecho, con los primeros datos obtenidos del asteroide que se aproxima el día 19 de agosto no se excluía la posibilidad de impacto, siempre muy pequeña, hasta que el número de observaciones fuera suficiente para asegurar que no pasaría a menor distancia. Por la cantidad de asteroides descubiertos que se aproximan a la Tierra se sabe que nuestro planeta ha sufrido a lo largo de su dilatada historia geológica muchísimos impactos de asteroides y en menor frecuencia también de cometas. Se sabe también que las mayores colisiones han capitulado la historia de la Tierra y fueron la causa de los cambios más bruscos que ha sufrido nuestro planeta, tanto biológicos, como climáticos e incluso geológicos. No obstante, el sentido más común nos hace ver que en tiempos históricos el único fenómeno notable, directamente atribuible a un meteorito es el caso Tunguska, que afectó a un área despoblada de Siberia a primeros de siglo. Por tanto, lo más probable es que la historia de la humanidad siga teniendo otras amenazas de supervivencia, por su mayor frecuencia, más preocupantes y que en los próximos mil años no suceda casi nada por causa de los meteoroides. Carles de Torres, Presidente de la Sociedad Astronómica de España y América. La Sociedad Astronómica de España y América fue fundada en 1911por el astrónomo Josep Comas i Solá es, por tanto, la más antigua de España. El asteroide 1626 Sadeya, descubierto en 1927 lleva su nombre. Para más información: http://216.150.67.37/sadeya/indice.htm