REDES Y RETÍCULOS DE INTERACCIÓN

LA VELOCIDAD DE INTERACCIÓN (SONIDO, LUZ,...) DEPENDE DE LA DENSIDAD DEL ENTORNO.

Fuera de las condiciones ideales donde se crea (núcleos estelares, galácticos,...) la materia se destruye o desintegra aunque sea de forma muy paulatina.

Para conservarse requiere mantener el máximo equilibrio termodinámico, absorbiendo energía que puede provenir de escisión del propio núcleo o intentará obtenerla de las esferas o campos de interacción exteriores inmediatos: campo electromagnético y éste a su vez del campo fotónico-gravitatorio. Por tanto, en las áreas frías del universo la materia para conservarse requiere “nutrirse” de energía proveniente en su interacción mas externa del plasma fotónico-gravitatorio, en función directa de su cantidad de materia o masa integrada.

La absorción del plasma de fotones produce el desequilibrio o distensión del campo de fotones de forma proporcional a la masa, siendo la intensidad de distensión o “tensión de campo” en cada punto del entorno inversa al cuadrado de la distancia de dicho punto y a la masa acumulada.

La distensión o absorción del campo fotónico producida por la masa queda bien interpretada de forma tensorial, pero no se trata de la distensión del espacio- tiempo, sino simplemente del campo fotónico. Aunque pueda interpretarse aparentemente como distensión del espacio-tiempo, el tiempo es independiente y lo variable es el espacio de interacción que no la distancia lineal, lo que lleva al error de considerar la velocidad de la luz como invariable cuando lo invariable es, dentro de la distensión producida por la masa, el número de interacciones de los fotones y el periodo entre ellas.

De forma intuitiva lo podríamos representar como una malla elástica en cuyo centro depositamos una masa que deformara la malla de forma proporcional a su peso.

Ahora supongamos que un fotón tarde lo mismo en interaccionar cada nudo de la malla. Desde una punta a otra, tardaría lo mismo ya que no variaría en número de nudos, aunque el espacio recorrido fuera mayor en la parte más afectada por la masa, ya que la velocidad del fotón depende de la densidad del plasma (separación entre los nudos de la maya).

En el caso del sonido, por lo mismo, vemos que la menor densidad del aire hace aumentar su velocidad, ya que la velocidad del sonido será consecuente al número de interacciones. Por tanto, el número de interacciones es constante en función del tiempo, de forma semejante que con la luz.



Por tanto, se podría interpretar de forma aparente que la velocidad de la luz es invariable, mientras que el espacio y el tiempo son variables o relativos.

Volviendo a la representación de la maya o red que se distiende en función de la masa; cada espacio de interacción dentro de la red lo denominaríamos “retículo o poliedro de interacción”, es decir, el espacio que media entre la interacción de cada partícula con la siguiente. El tiempo de interacción de cada partícula es constante en cada retículo de forma independiente a su grado de distensión producida por la masa que la afecta. Cada partícula interacciona de forma longitudinal según el vector de incidencia (interacción corpuscular) mientras parte de la energía se transmite de forma lateral (interacción ondulatoria). La suma de la energía de ambas interacciones es constante.

Dentro de cada retículo en forma de poliedro de interacción, la partícula vibra o se mueve con una energía constante circunscrita a la interacción de los retículos del entorno. El poliedro o retículo volumétrico se distiende sometido a la absorción de energía por las masas próximas.